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lunes, 29 de abril de 2019

Sueño protector



Era nuestro sueño escapar de allí.
La realidad era otra, yo cerraba los ojos para estar más centrada en la faena, aunque des de que tuve a mi hijo, era muy difícil no sufrir por él mientras trabajaba.
Con los ancianos no tenia miedo, asco si, pero me había acostumbrado a sus flácidas demandas.
Peor era con los jovenes, mucho más exigentes, desagradables y agresivos. En esos casos recurría a los somníferos para que no descubrieran a Sergey por sus llantos. Lo dormía en una blandita cama para perros y bien tapadito, lo dejaba a salvo...dentro del armario.

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