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jueves, 8 de agosto de 2019

Me cuesta tanto olvidarte



El siete de setiembre del año pasado fue el primer aniversario que celebraríamos estando separados, te había convencido para citarnos en nuestro bar de siempre y yo seguía sin asumir que tuvieras una nueva relación.
La noche pasó veloz, a ratos creí intuir en ti, un mal disimulado coqueteo.
Salimos del local balanceándonos por el alcohol y con cada roce de tu piel, se diluía mi rencor. 
Nos mirámos a los ojos, me ofreciste la boca, que huyó al sonar tu teléfono. 
Era Mario, que liberándome de tu embrujo me devolvió a mis planes. 
Entonces, la sangre tiñó de malva el amanecer.