El crujir de las hojas les recuerda lo solos que están y mirándose a los ojos se leen el pensamiento. Una ola de deseo les inunda el cuerpo. Se besan, tumbados en el suelo acolchado del bosque...Está anocheciendo y los últimos rayos de sol tiñen de malva las nubes.
El sonido de ramas al romperse bajo unos rápidos pasos,les advierten que hay alguien más.
Él se incorpora,desnudo y vulnerable, justo a tiempo para ver a un hombre,cuchillo en mano, abalanzarse sobre ellos.
Al salir el inalterable sol, los gritos ya habían cesado, devolviendo al bosque, su silencio.
El sonido de ramas al romperse bajo unos rápidos pasos,les advierten que hay alguien más.
Él se incorpora,desnudo y vulnerable, justo a tiempo para ver a un hombre,cuchillo en mano, abalanzarse sobre ellos.
Al salir el inalterable sol, los gritos ya habían cesado, devolviendo al bosque, su silencio.
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